lunes, 2 de septiembre de 2013

Oslo en verano ... o en la recta final del verano

Este fin de semana terminó de lo más chévere. Ayer en la mañana todos nos levantamos tarde (hasta los chamos se levantaron a las 9am!!). Luego de vestir a los chicos, hacer desayno y recoger, nos fuimos para Sognsvann...un bosque de cuentos.
Allí fue caminar por caminos de todo tipo hasta llegar a Ullevaalseter (10 Km), donde tomamos café (los grandes) y comieron helados (los enanos) y pan dulce (todos). Una vez recuperado el aliento, nos tocó devolvernos a buscar el carro.
 Este bosque bordea un lago muy grande y uno puede darle la vuelta o salir desde donde comienza el lago y empatar con otros bosques de la zona (claro, que si andas en carro, te toca devolverte a buscarlo). Nosotros hicimos lo segundo. El paseo fue entre los pinos, al lado del lago y entre campos; y hasta encontramos un viejo torniquete de madera que servía, en un tiempo, para saber quién llegaba a la casa de campo - que hoy en día es una estación de parada donde se descansa y venden comida y bebidas ligeras.
En el lago, de aguas absolutamente cristalinas y transparentes, había nenúfares!!
De regreso en la casa, fue preparar cena corriendo, convencer a los monos de que tenían que bañarse y meterlos en la cama porque hoy había que ir a la escuela. Y con todo el ejercicio y la echadora de broma del día, no fue nada fácil calmarlos y hacerles entender que había que tomarse las cosas con calma. El único que se durmió casi que de inmediato fue Kristoffer - y es el más chiquito.
Hoy el día amaneció azul rompecabezas! (Si no saben cuál es ese color, es el número 903 de Berol Prismacolor) y con una temperatura exquisita. En la mañana fui a comprar algunas cosas para la casa, entre ellas pan, y entré a Baker Hansen que tiene los mejores panes de la vida!! Luego al súper a comprar jugo y leche y después a Norli (una librería) a ver si conseguía algunas cosas que quería para el trabajo. En el trayecto, iba viendo hacia arriba disfrutando del sol, del azul del cielo y de todo lo que uno se pierde por estar viendo para abajo. ¡Es increíble la cantidad de sopresas que esconden las paredes y los techos de estas cosntrucciones!
Regresé cerca de la 1pm porque tenía que esperar a Lukas que venía de clases como cohete a almorzar, hacer la tarea y salir para el fútbol - todo eso en 45 minutos.
Después de atender a Lukas y verlo irse vestido de futbolista, sobre el monopatín y con los audífinos de DJ en las orejas, me volví a ir a la calle. Nuevamente, viendo hacia arriba y, por estar viendo hacia arriba, llegué a Rimi, un supermercado que está como a cuatro cuadras de la casa (cuando tenemos dos a menos de media cuadra), y compré lo que faltaba para la cena. De ahí me fui a buscar a Lars y Kristoffer y nos vinimos para casa caminando por estas calles.
Hoy fue un día tranquilo, realmente; mañana será un poco más movido porque tengo varios sitios que quiero visitar.

sábado, 31 de agosto de 2013

Oslo en verano es definitivamente una sorpresa climática. Bueno, eso de verano es relativo....seamos un poco más específicos y aclaremos que, en realidad, es final del verano pues llegué el 23 de agosto y, hasta el día de hoy (31.08.) disfrutamos de unos maravillosos días de sol y calor (Sí!! Calor!! ... eso va para los escépticos.)
Lamento no haber comenzado a escribir antes, pero esta semana ha sido intensa en actividades: el 24 fue la fiesta de 40 años de mi hermana Nahidú y my cuñado Snorre; el domungo fue día de recoger el reguero de la fiesta, y la semana se ha pasado en una de visitar espacios nuevos, revisitar los viejos y descubrir maravillas que antes no había visto.
Hoy amaneció lloviendo tipo llovizna rica. Igual Kristoffer (mi sobrino de 2 años)  y yo salimos un rato a caminar y saltar charcos (je je, aún me gusta hacer eso!!); aporvechamos de comprar pan, jugo y leche, y de tardarnos casi una hora en una diligencia que se hace en 10 minutos. Aquí un poco de lluvia no es sinónimo de quedarse en casa. De hecho, Lukas tiene hoy juego de fútbol y se va con papá al juego; Lars está en casa de su primo Jens, así que Kristoffer y yo nos iremos ahora más tarde a Frogner Park a jugar un rato (con o sin lluvia, que para eso existen los impermeables y las botas de goma),
En algún momento de la semana regresé al Museo de Ciencia y Tecnología y ahí estuve toooodo el día. Mi compañero de aventuras fue Guillermo, un niño de 8 años hijo de dos amigos muy queridos: Patricia y Pedro. Aquí volví a ser la niña curiosa por aprender de las ciencias y con el Guille armamos y desarmamos arcos peras, jugamos con un tangram gigante, hicimos un remolino de agua, jugamos con la electricidad, nos vimos a través de una cámara térmica, exploramos el mundo de la medicina; en fin, gozamos un mundo. Cuando Pedro me llamó a las 3:30p para preguntarme por dónde estábamos para ir a buscar a Guille, nosotros veníamos saliendo del museo - a donde llegamos a las 9am.
Como siempre, Frogner Park me maravilla y me llena de paz, igual que el parque del palacio. En algún momneto bajé hasta Akerbrygge y entré al Centro Nóbel de la Paz, me senté a disfrutar del paisaje del fiordo de Oslo y oler las flores.

Ayer me fui a visitar el Cementerio Nacioal (o Memorial Cemetery) y presentarle mis respetos a dos grandes de las artes y la literatura noruegas Henrik Ibsen y Thomas Fernley. También quise
hacerlo con Edvard Much pero nunca conseguí su tumba,
Después me fui caminando hasta la Galería Nacional y allí me deleité con la exhibición en honor a Edvard Munch y los 150 años de El Grito. Con la compra de la entrada, podías recibir un ipod con toda la exposición narrada por un profesor de arte en inglés. Durante casi dos horas estuve aprendiendo sobre este maravilloso artista y volví a ser estudiante; también llegué a la conclusión de que el periodo de Munch que más me gusta es el impresionista.
Este fin de semana será un poco más relajado....digo yo, Ya veremos!